La autoridad reguladora brasileña, Anatel, emitió un comunicado refutando una historia publicada en el periódico Estado de São Paulo que estaba considerando intervenir en apoyo del proveedor de servicios de telecomunicaciones Oi.
Oi se declaró en bancarrota en 2016 y ha seguido luchando financieramente desde entonces. El proveedor de servicios informó recientemente una pérdida neta en el segundo trimestre de 1.500 millones de reales, un 24% mayor que hace un año, debido al aumento de los costos del servicio de la deuda y al debilitamiento del real frente al dólar.
En el comunicado, Anatel señaló el importante papel que Oi desempeña en la prestación de una variedad de servicios de comunicaciones en Brasil. "Para el regulador sectorial, debido a sus competencias legales, la preservación efectiva y la continuidad de estos servicios tienen prioridad", dijo Anatel en el comunicado. "En este contexto, una solución de mercado definitiva es el escenario preferido para la evolución positiva de la situación del Grupo, dada su adhesión al modelo regulatorio actual".